«Puede que estés cansada de ser fuerte. De sostenerlo todo sin espacio para ti. Este lugar no es para cambiarte, es para que vuelvas a encontrarte»
															Has pasado tanto tiempo atendiendo las necesidades de todos que ya no sabes cómo cuidar de ti sin sentir culpa. Como si elegirte fuera traicionar a quienes amas.
Desde que llegó la maternidad te cuesta reconocerte. No es que no ames ser madre, es que extrañas sentirte tú, libre, entera, sin tener que elegir entre tus partes.
Hay días en los que quisieras gritar, llorar o simplemente no estar… pero callas por miedo a parecer débil o desagradecida. Solo anhelas un lugar donde puedas ser tú, con todo lo que eso implica.
Te esfuerzas cada día por estar ahí, pero por dentro sientes que te estás apagando. Quisieras disfrutar sin estar en modo alerta, vivir tu maternidad desde la calma, no desde la exigencia.
															Yo también pensé que si no lo hacía todo, nadie lo haría.
Que si bajaba el ritmo, decepcionaría.
Que si me elegía, estaría fallando.
Pero la maternidad me puso frente a mi propio límite: un niño de dos años, un bebé recién nacido, el cuerpo exhausto y una mente que no podía más.
Y ahí entendí que sostenerlo todo sin sostenerme a mí… no era valentía, era abandono propio.
Ahí empezó otro camino: más lento, más honesto, más mío.
Soy psicóloga sanitaria (col. CV19270), especializada en terapias de tercera generación y en acompañar procesos de ansiedad, estrés, autoestima y gestión emocional.
Pero antes que eso, soy mujer. Y también soy madre.
Sé lo que es intentar ser perfecta en todo y sentir que aún así no llegas.
Sé lo que es olvidarte de ti por cuidar de todos, y luego no saber cómo volver a encontrarte.
Hoy acompaño a mujeres que, como tú, están cansadas de sostenerlo todo sin espacio para sí mismas.
Mujeres que desean parar sin culpa, escucharse sin juicio y reconectar con su calma, su centro y su voz.
Este espacio no es para que seas mejor.
Es para que vuelvas a ti.
Un espacio íntimo, seguro y sin juicio donde poder soltar lo que sostienes cada día.
Sesiones desde la calma, con herramientas prácticas y un enfoque integral.
Te acompaño a reconectar contigo, priorizarte sin culpa y recuperar tu centro.
															
															Grupos reducidos de mujeres que, como tú, están cansadas de sostenerse solas.
Un lugar para compartir, sentirte acompañada y dejar de exigirte tanto.
Juntas creamos un espacio de conexión real, sin juicios y transformación.
Justamente por eso. Estás para todos, todo el tiempo. Pero ¿y si 30 minutos para ti fueran el primer paso para sostenerlo todo sin romperte?
Es un miedo válido. No se trata de abrirlo todo, sino de hacerlo a tu ritmo, en un espacio donde no estás sola ni tienes que poder con todo.
Lo sé. Has aprendido a minimizar lo que sientes. Pero tu dolor no tiene que ser extremo para merecer cuidado. Tú también cuentas.
No estás sola. Muchas han pasado por lo mismo. Este no es un espacio para exigirte más, sino para que, por fin, te sientas acompañada sin juicio.
La primera sesión tiene una duración de 1 hora, donde estaré escuchando con atención para poder definir el problema principal que traes a consulta. Si no lo tienes claro, ¡no te preocupes!. Yo me encargaré de ir haciendo preguntas que te ayudarán a definir el problema a trabajar.
Las sesiones tienen una duración de 55 minutos.
Trabajo con una plataforma que te llega un enlace por sms y correo electrónico donde te conectas al instante sin descargarte nada. Puedo adaptarme sin ningún problema si prefieres usar otra plataforma como Zoom, Meet, etc.
Puedes realizar el pago por tarjeta o a través de transferencia bancaria
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